jueves, 30 de julio de 2009

LOS PILARES DE LA TIERRA; I LA ECONOMIA




“No perdáis tanto el tiempo contando vuestra fortuna; ya habéis pervertido bastante vuestra existencia y vuestra vida desperdiciándolo en ganarlo.”

Así podemos enfocar el comienzo de lo que supone el cuarto y último de lo que hemos dado a entender como procedimiento para explicar de forma sencilla y somera, cuales han sido, a lo largo de la Historia, concepciones básicas y comunes, que han supuesto denominadores comunes en el devenir del Ser Humano y de las Sociedades.

Cuando M. Engels publica “El Origen de La Familia, de La Propiedad Privada y del Estado.” México, Fondo de Cultura Económica; describe tanto los elementos como los procesos básicos que pondrán de manifiesto el más revolucionario de los procesos sociales que el hombre ha conocido, La Economía.

Atendiendo y aceptando los principios básicos de la Antropología Social como válidos, resulta que el hombre, en su proceso evolutivo, se mantiene “socialmente equivalente” a lo largo de las tres cuartas partes del proceso. Sin embargo, en la recta final de éste proceso se desencadenan una serie de acontecimientos revolucionarios que acaban por disgregar a la Sociedad dando paso a la concepción individual y autónoma que por separado cada hombre tiene. Cada Sujeto adquiere concepción de su propio valor en tanto que es un ente diferenciado, y a partir de ese momento empleará toda su vida en manifestarla y reforzarla públicamente.

El fenómeno de la Propiedad Privada adquiere valor por sí mismo, extralimitándose y superando el rango que le confiere el hombre como creador del mismo, hasta el punto que éste sucumbe a las promesas que el sentido de la privacidad alberga: la propiedad genera diferencia, y la diferencia se identifica con el único sentido del poder.

Poder y Diferencia, que en definitiva no albergan sino la necesidad del hombre de desvincularse de lo común, de alejarse de las grandes concepciones globalizadoras para reconocerse a sí mismo. Sin embargo, para dar este paso con seguridad, sin correr el riesgo de avanzar con las dudas y los trompicones propios de la falta de previsión, se gestan sistemas ideológicos varios, cuya esencia de pensamiento estriba no ya en marcar las directrices de los hombres entre sí, sino que esto se ve suplantado por un conjunto de ideas que regulan la relación del hombre con sus semejantes …en función de su Capacidad Económica.

El resto se ve venir sólo. Concepción de Sistemas Ideológicos cuyas ideas son juzgadas a partir del resultado económico que promueven ¿Capitalismo? ¿Comunismo?. Elaboración de esquemas vitales y judiciales coherentes con los anteriores sistemas ideológicos ¿Justicia distributiva? ¿Justicia Retributiva?...

Asistimos en definitiva al mayor fenómeno de macrofagia social de la Historia. La Economía, un medio, un instrumento de la Sociedad concebido para reforzarla, acaba por desvinculares de ésta, y de sus participantes, convirtiéndose por sí misma en un fin, que a veces lleva a los individuos compositores de esa Sociedad a perder la cabeza.

Luis Jonás VEGAS
La Adrada 2005

miércoles, 22 de julio de 2009

LA "CATALANOFOBIA" NO ES ALGO NUEVO....



Tal y como se desprende nuevamente de un artículo que no es nuevo. La verdad es que tiene ya unos añitos, pero nuevamente la falta de memoria, o de vergüenza de nuestros Políticos, lo ha devuelto al plano de la actualidad. Juzguen ustedes mismos.

ESTATUTO CATALÁN: UNA NACIÓN MÁS, ¿UN PAÍS MENOS



Esa no es sino la duda desde la que planteamos el presente, tras comprobar los efectos causados por la todavía no lo olvidemos propuesta de modificación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, en tanto en cuanto que todavía no se han diluido del todo los tambores de guerra que cada vez con más fuerza hacen resonar los dirigentes del P.P, bien sean éstos entonados por medios propios, por ejemplo a través de esa campaña que va a costar alrededor del ......

....medio millón de Euros, los cuales, no lo olvidemos, pagaremos entre todos; o a través de métodos menos directos, como puede ser dotando de carnaza, eso sí, en este caso una buena pieza, a la densa red de prestidigitadores orales y chambelanes de corte resentidos que se pasean aún hoy por determinados medios de comunicación arrastrando sus miserias en forma de inquina por no poder encajar que, esta vez sí, han perdido, a pesar de que sigan buscando “viejas batallas” desde las que resucitar o encumbrar a “los héroes” ¿de la nueva España?

Una vez superada, si es que en éste caso no es demasiado pedir la connotación política, nos encontramos con que, en base a la Constitución Española, que rige a todos los españoles y cuyos contenidos se materializan en los Estatutos Autonómicos, incluido el Catalán; y a la interpretación histórica, varios han de ser los elementos que entren en juego a la hora no ya de promulgar, sino basta con promover, una revolución Social y Política del calado de la que hoy nos ocupa. Estos elementos deben ser al menos motivación, contenidos y, por supuesto, objetivos.

En el caso de la motivación, indiscutible para cualquiera que analice el problema desde el prisma de la objetividad, y sin apasionamiento, es evidente que es lo que sobra. A nadie se le escapa que hay pocos lugares en el mundo, y por supuesto dentro del Territorio Nacional ninguno, en el que tan arraigado esté la conciencia de pertenencia exclusiva a la nacionalidad derivada de su territorialidad.

Sin embargo, y como hecho relevante y no por ello menos curioso, observamos como esta motivación, que se supone en la mayoría de los fenómenos sociales el mayor agente de aportación de beneficios, se convierte, en el caso del problema catalán, en su mayor lastre, ya que a la mayoría de españoles les molesta sobremanera que el ciudadano catalán se defina como tal. El motivo, a muchos de esos españoles les gustaría poder gritar con la misma fuerza con la que lo hace el catalán, su condición de españoles. Como resultado, de nuevo el quiero y no puedo que tantas veces ha perseguido al habitante de España a lo largo de la Historia, se repite.

Los objetivos, alimentados y consecuencia de esta motivación, aparecen por ende no menos claros. Lograr la Autonomía en el más amplio de los conceptos que este manido término conlleva. Liberarse, aunque suene lamentable, de la “asimilación española”, que para ellos supone el formar parte de una Nación con la que no se sienten identificados.

Y, por último, aunque a mi entender formando la parte fundamental del entramado, los contenidos. Nadie puede pensar que un fenómeno del calado del que nos ocupa se gesta en un día, o se argumenta desde la potencial cabezonería de un grupo de iluminados.

Para que un movimiento como el tratado tenga visos de fructificar, ha de llegar al pueblo, asentarse en todos los estratos sociales que lo conforman, dar a cada uno de ellos la parte que quieren recibir, o al menos permitirles escuchar lo que quieren oír, y finalmente ser capaces de tejer una estructura lo suficientemente tupida como para aguantar los envites de la Historia.

Porque
en el caso Catalán se han logrado estos objetivos de manera tan evidente, por dos motivos fundamentales: Se han ganado al pueblo para que luche por ello, y tienen elementos Culturales e Históricos que argumentan sobradamente ésta lucha.

Respecto a la veracidad de la primera afirmación, parece evidente que el “movimiento catalanista”, por llamarlo así, tiene, a efectos de lucha social, mucho terreno ganado de partida ya que, tal y como la historia se empeña en demostrarnos continuamente, será aquél que disponga de la fuerza que aporta la clase social más numerosa, la productiva, el que se asegurará la salvaguarda de sus intereses ya que será esta clase social quien garantice la vuelta a la normalidad y la redefinición de las estructuras una vez reconstruido el orden.

En lo que concierne a lo segundo, y citando de memoria, son elementos tales como la tenencia de una Lengua propia, sustentada en un Literatura y en una Historia de la Literatura lo suficientemente reconocida, con autores de renombre que publiquen sólo en esa Lengua; unido todo ello a la existencia de rasgos diferenciadores respecto al grupo mayoritario, a la vez que identificadores del grupo minoritario, los que identifican la presencia de una Cultura. Por ello, parece de sentido común reconocer que Cataluña tiene una Cultura, en el amplio sentido que la palabra adquiere, propia respecto a la del resto de miembros de España.

Lejos de empujar hacia las repercusiones que para los catalanes, y potencialmente para el resto de españoles puede tener la aprobación del Estatuto Catalán, el objetivo del presente es advertir de las nefastas consecuencias, en este caso innegables que puede tener el hecho de “obcecarse de manera irresponsable en tratar de impedir a cualquier precio su aprobación.” Así, partidos de calado y de trascendencia “nacional”, deberían manifestar más cuidado y respeto hacia los ciudadanos de toda España a la hora de referir sus estrategias, algunas de ellas de marcado carácter revisionista y segregacionista, antes de emprender una loca carrera enarbolando el cartel del todo vale, empeñados en demostrar una ficticia unidad de España en la que ya sólo pueden creer los mismos que hace setenta años se empeñaron el “imponer su liberación”, aunque para ello tuvieran que pasar por las armas a los que cometieron el error de mirar a España con unos ojos diferentes que los suyos, incluido un Presidente de Generalitat.

Una vez más el problema no radica en la excesiva velocidad del tren del cambio motivado por algunos, sino en el excesivo lastre del inmovilismo que algunos se empeñan en arrastrar. Curioso resulta que alguno de éstos, intente argumentarlo desde la legitimidad de una Constitución en la que no creen, y que en el mejor de los casos consideran la “menos mala” de las soluciones a ese problema que tuvo a España, a la suya y a la de todos, cuarenta años atrapada en el barro del inmovilismo y el oprobio.

LUIS JONAS VEGAS
La Adrada, octubre de 2005



sábado, 18 de julio de 2009

ESTAMOS DE ENHORABUENA:

Y es que, de verdad, desde que nos lanzamos a la aventura de "lanzasdeldestino", no hemos tenoido más que satisfacciones.


En primer lugar, la enorme alegría que supone en ver día a día como lo que uno piensa, tiene, o más bien adquiere cierta transcendencia, desde el momento en que a los demás les interesa, a la vez que lo disfrutan. Esa es la única causa por la que merece la pena escribir y no guardarlo en lo más recóndicto del fondo de ese enorme cajón en lo que a veces se convierte nuestro disco duro; el saber que alguien lo va a leer, y lo más importante, a opinar sobre ello.


Sin embargo, todo esto a pasado a un segundo nivel cuando nos encontramos con que no sólo se nos lee, sino que hay gente, como Enrique, que piensa que lo que hacemos es lo suficientemente bueno, como para que su obra, cuya calidad indiscutible está sobradamente contrastada, forme parte de nuestra pequeña "ventana hacia el mundo."


Por todo ello, desde aquí nuestro agradcimiento a Enrique Martín Zurdo, por darnos la oportunidad de disfrutar de su obra, a la vez que abrimos la veda para todo aquél que crea tener algo que decir.

EL HIJO DEL VIGILANTE
Enrique Martín Zurdo
(Relato ganador del I Certamen de relatos Toros de Piedra convocado por el Ayuntamiento de El Tiemblo - Ávila)



Conocí a Ángel, el primogénito de los varones del tío Ángel, el vigilante, la primera vez que entré en aquella casa de la calle del Castillo, y enseguida me di cuenta de que ese tipo hacía honor a su nombre. Ángel que, por la diferencia de edad, podía pasar por mi padre me lo recordaba remotamente, con el mismo corpachón tan lleno de humanidad, con el mismo trato cálido, humano; la misma hombría de bien, siempre dispuestos a echar una mano a todo aquél que precisara de su ayuda. Buenos profesionales los dos en sus respectivos trabajos, mataban sus escasos ratos de ocio de la única manera que sabían hacerlo: continuar trabajando. Mi padre con las mil reformas y los cientos de ilusiones que surgían con la compra de la casa de las Laderas, Ángel cultivando y abonando la huerta de la Dehesa o podando y sarmentando la viña de Cantogordo.
Para entonces, finales de los setenta, yo empezaba mi periodo de milicias universitarias en la Academia de Intendencia de Ávila, e intentaba echar raíces en El Tiemblo un lustro después de que mis padres fueran acondicionando el nido aledaño al arroyo de la Parra. Con mis veinte primaveras, trajeado con el uniforme, iba y venía del pueblo a la capital hecho un pincel, o al menos así era como me veía mi madre, que era quien realmente me llevaba como un figurín (lo que hace tener veinte años y jamás haber sentido pavor al ridículo). Me subía a la Serrana (1) con mi petate y creía que me podía echar el mundo por montera. Durante el viaje reflexionaba sobre las casualidades de la vida, porque para mí El Tiemblo ya tenía de antaño un componente mítico por esa importancia que el lugar adquiría al leer los libros de historia de bachillerato y asociarlo a los Toros de Guisando. Yo quedaba como un aplicado alumno cuando salía la típica pregunta referida a esculturas preibéricas y citaba a los Toros de Guisando como las más importantes. Pero la cosa no quedaba ahí, aunque encaminé mis pasos hacia los números para que estos me dieran de comer, siempre me apasionó la Historia y dando un salto en ella descubrí que junto a los Toros existió una Venta Juradera, donde una princesa abulense de las tierras de la Moraña, allá por 1468, hizo abdicar a su hermanastro Enrique IV del reino de Castilla en beneficio propio, tras una de las muchas guerras civiles entre castellanos de la que ella salió victoriosa, con la ayuda del cardenal Cisneros. Cuando leí los libros de viajes de Cela recuerdo que, a su paso por estas tierras, venía a decir que eran de una importancia histórica excepcional, pues “en ellas es donde mejor o peor se fundó la unidad de España”, y no dejaba de llevar su parte de razón visto lo que pocos años después de ese juramento generaría Isabel de Castilla casándose con su primo Fernando de Aragón. (Perdóneseme ______
(1) Denominación popular por la que se conocía al servicio de autobuses de línea regular que cubría el recorrido entre El Tiemblo y Ávila.
este circunloquio histórico al hilo del relato, pero lo consideraba imprescindible. Me da rabia que muchos, hoy como ayer, no sepan situar en el mapa a las esculturas vetonas de los Toros de Guisando (del siglo III a. C.), creyendo que están en la localidad de Guisando, en la estribación occidental de la Sierra de Gredos, cuando en realidad están ubicados junto a la Cañada Real Leonesa que discurre en las inmediaciones del Cerro Guisando, el último picacho de Gredos antes del valle del Alberche, y que pertenece al municipio tembleño).

Pero a lo que iba, que puedo tener más peligro que una escopeta trucada de barraca de feria si me pongo a elucubrar con mis aficiones históricas: me dije que para asentar esas raíces a las que me refería anteriormente nada más fácil que echar el ojo a una tembleña que, casualmente, resultó ser la benjamina de los hijos del tío Ángel, el vigilante. Llegado es el momento de indicar que ese apodo le venía a mi suegro por su condición de empleado del Ayuntamiento como vigilante, en las muchas obras públicas que la citada Corporación llevó a cabo con Isidoro Rodríguez como alcalde en los prósperos sesenta y setenta. Es decir, la que con el devenir de los años se convertiría en la madre de mis hijos tenía por hermano a Ángel, el segundo de aquella fraternal estirpe de nueve, cuyo angelical nombre parece asociado por los siglos a esa familia con la que yo tuve la gracia de emparentar a mediados de los ochenta. Mi hijo, nacido un año después del fallecimiento de su abuelo, no podía llamarse de otra manera que Ángel y ya existen otros Angelillos canijos entre sus biznietos.

sábado, 11 de julio de 2009

LOS PILARES DE LA TIERRA

Es curioso como, a menudo, basta con dar tiempo al tiempo para que la realidad se ponga de manifiesto.

Como prueba, el artículo que sigue, tiene cinco años.




“Te recuerdo Zarathustra; hace años subiste a la montaña arrastrando en tu mirada la ceniza de los valles. Ahora retornas a ellos con el fuego de la montaña en la mirada. Recuerda Zarathustra, a los incendiarios se les condena.”

Esta bien podría ser la sentencia inicial de cualquier movimiento o proceso revolucionario. Por el contrario, y sin caer en contradicción, de igual manera podría constituir el lema de algún proceso reaccionario. Sin embargo, y sin mermar un ápice su carácter de radiografía histórica, pertenece al discurso inicial, al génesis si nos atrevemos de “Así habló Zarathutra”, obra del genial Nietzsche. En ella, de forma magistral, y nos atreveríamos a decir que aún hoy sin parangón, se reproducen, definen y diagnostican, algunas de las que a la postre constituirá las mayores miserias de la Sociedad Moderna. Que se sepa, el miedo a sí mismos, manifestada en su falta de ética, y, por ende, la falta del mayor de los ejercicios de ella derivada, la libertad.

“¿Es más loco el loco, o aquél que le sigue?.” Cuestionaba en cierta ocasión un Catedrático de la USAL desde su estrado. “Señores, las grandes hazañas está siempre rubricadas por hombres que en un principio fueron tildados de locos”. Éste era el fin de su análisis. La conclusión, ¿Cuánto hace que no tenemos grandes hazañas.?

En la actualidad, el hombre ha renunciado al obligado cuestionamiento de la realidad en la que vive. Se ha sumergido en una vorágine en la que la verdad preconcebida, y la falta de necesidad racional lo impregnan todo. El resultado, se ha abandonado a sí mismo y a su concepción vitalista en la que era entendido como animal racional por Naturaleza, para pasar a ser un mero ente que acepta lo que su ambiente, su contexto, o lo que es peor, algunos semejantes, tienen a bien desvelarle.

¿El instrumento de ésta transformación?, el abandono del antaño obligado ejercicio de la práctica moral. El inexorable resultado, la aceptación y nuevo nacimiento de verdades absolutas. Y es que, la inapelable aceptación, no ya del contenido de algunas de esas verdades universales, sino por ontonomasia el mero hecho de que éstas existan, conllevan un claro rechazo a las básicas concepciones evolutivas alcanzadas. ¿O es que el hecho protagonizado por el Neandertal que se arrodilla ante el árbol que acaba de ser fulminado por el rayo, comprobando como se ha quemado la madera; es más primitivo que el comportamiento del hombre moderno que se arrodilla ahora ante ése otro trozo de madera. En esencia, ambos hechos son iguales, porque ambos encierran la esencia de la pregunta que el Hombre se ha formulado desde el principio de los tiempos, y en ambos casos la respuesta se formula bajo los términos más inhumanos que existen: amparados en unas supuestas verdades absolutas que se refuerzan en la negación del hombre desde el propio hombre, a través de su negligencia mayor, aquella derivada de su negación a usar la libertad.

Y es que, la verdad absoluta, en cualquiera de sus formas, lejos de satisfacer al hombre lo anula, ya que por definición, en su génesis no caben tales afirmaciones.


La Adrada 2005
Luis Jonás VEGAS

jueves, 9 de julio de 2009

HACIA LA POLÍTICA DEL SOLAR (CONCLUSIÓN)


Tal y como podemos comprobar, cada vez con mayor frecuencia, acudiendo para ello a la mayor fuente de conocimiento que es la experiencia; el hecho científico que justifica el razonamiento por el cual se acredita que nuestros políticos parecen estar desterrados de la realidad que el resto de mortales compartimos, queda desmitificado desde el momento en que, en un ejercicio de retórica destructiva, lo que en apariencia es conveniente para esa mayoría de mortales antes aludidos, puede por el contrario haberse convertido en algo no tan bueno, incluso contraproducente, para el ejercicio de ese político en la labor que les es propia, y de la que como característica fundamental, parece olvidar que no hemos sido sino los demás los que le hemos encumbrado mediante la cesión de unas voluntades tantas veces comentadas.

Decía Alfonso VI al volver de la toma de Toledo en el 1085, que era en la batalla donde se conocía a las personas. “… allí he visto a caballeros llorar como niños ante el primer envite del enemigo, y a escuderos batirse en duelo para defender a su caballo moribundo…” Por paralelismos la crisis, como momento crucial de la Historia, que sin duda lo es, se convertirá en el crisol por excelencia en el cual necesariamente los políticos habrán de dar lo mejor de sí mismos en pos del interés común lo cual, dicho sea de paso, no es sino el fin último para el cual han sido elegidos. Este es no lo dudemos, el momento en el que podremos conocer de verdad la pasta de la que están hechos los políticos que nos gobiernan, y de paso, la de aquellos que sin hacerlo, convierten en eso toda su ambición. Así, una vez que la actitud de la clase dirigente frente a la crisis lógicamente ya ha sido más que analizada, permitidme que hoy saquemos a colación la actitud que, frente a la misma crisis, mantiene el que es por méritos propios primer partido de España…en la oposición.

Lejos de caer en populismo, vaya por delante el reconocimiento de que la responsabilidad es un privilegio de aquél que desarrolla la verdadera acción de gobierno. Sin embargo, una vez que las peculiaridades de la crisis se presentan en toda su vitalidad, y una vez asumido que “… sólo desde el consenso imprescindible fruto de la negociación entre Gobierno y Oposición se sentarán las bases que allanen el camino que nos indicará la salida de la crisis…” se establece la causalidad de que incluso a la oposición, bien por acción, o incluso por omisión se le pueden en este caso, exigir responsabilidades. Y es que tal y como últimamente está poniendo de manifiesto el triunvirato formado por el Partido Popular, la Conferencia Episcopal y la Cadena COPE, a menudo los intereses del que quiere gobernar chocan frontalmente con la necesidad imperiosa de tomar decisiones de gobierno basadas en el interés general por parte del que eficazmente gobierna. En ese momento los intereses, o en pocas palabras el afán de poder por parte del que quiere gobernar dejan en un segundo plano las necesidades de los gobernados, momento a partir del cual el político está fuera de la realidad.

Por aquello de concretar la abstracción, basta con intentar comprender la polémica que actualmente se suscita en el Partido Popular, y que se materializa en la dialéctica interna que se plantea desde el momento en que el patriotismo, valor del que hacen gala en aparente exclusiva, y que a la sazón se convierte en la energía que da vida a toda su maquinaria; se enfrenta de plano con el concepto de “rentabilidad política”, entendiendo este enfrentamiento como la manifestación de la parte más “reaccionaria” del partido, de cuya lectura se desprende que la caída de España como País puede ser un mal menor si con ella viene aparejado el derribo de la actual política asentada en la izquierda, y del Partido que la representa.
En definitiva se trata de permitir que el “Edificio” sobre el que se encuentra asentado nuestro “Estado del Bienestar” se venga abajo. Una vez que las últimas elecciones les han hecho ver que no hay manera de pujar por él, han decidido que una oferta por el Solar que quede será mucho más accesible. Además, sobre un solar siempre se puede construir de nuevo, porque como todos sabemos, no queda bien que mientras les enseñas a tus amigos el Jacuzzi del Ático, aparezca alguna caja de sandalias, pertenecientes a la tienda del Zapatero que trabajaba allí antes, y del que tú pretendes olvidarte cuanto antes porque las naves y locales comerciales no están bien vistos en el nuevo barrio.

En definitiva, y por aquello de ir acabando, creo que por más que hoy en día sea difícil diferenciar unas políticas de otras, dentro de las modas liberales; creo no engañarme al plantear aquí y ahora la imposibilidad de un “Gobierno de Concentración” por parte del Partido Popular, y no porque no sean capaces de hacer un sacrificio, sino porque no estoy del todo seguro de que a ellos, que mediante su brazo ejecutor, la Banca, han desarrollado este gran espectáculo, no nos guarden en realidad alguna traca final.

Luis Jonás VEGAS VELASCO
JULIO DE DOS MIL NUEVE.

lunes, 29 de junio de 2009

¿EXISTE VIDA ANTES DE LA MUERTE?


Sí, en realidad la cuestión está bien planteada porque… ¿Desde cuándo nos hemos permitido en España vivir realmente nuestra vida.? Tal vez la respuesta a esa pregunta radique en los mismos lugares en los que descansa otra semánticamente muy parecida: ¿Desde cuándo nos hemos permitido en España la satisfacción cuando no el lujo de pensar.?

En toda Europa a lo largo de la trágica Edad Media, y en España desgraciadamente durante un periodo de tiempo mucho más largo, que por avatares de la Historia se ha prolongado hasta hace apenas cuatro días; la pregunta correcta estaba formulada en otros términos. Más bien se trataba de aseverar con conocimiento de causa si había o no vida después de la muerte. Para darse cuenta de ello basta con aceptar sinceramente que ahora, algunos de nuestros queridos lectores estarán volviendo sobre sus pasos para comprobar, algunos no sin sonrojo, lo que realmente dicta la oración que hace las veces de título y entradilla de nuestro artículo. Y es que, hasta hace como digo cuatro días, en España era más sencillo acceder a un cura para que te argumentara las bonanzas de la futura vida eterna; que a un Filósofo o a cualquier otro erudito que complaciera tus demandas sobre motivos netamente terrenales, y mucho más contempráneos.

El motivo no por sencillo era menos lógico: a los sistemas ponderantes y a las estructuras de poder existentes les era mucho más sencillo que la gente se cuestionara su destino después de la muerte, antes de tener que enfrentarse al cúmulo de problemas que sin duda surgirían en caso de tener que responder a preguntas tan sencillas como las que se haría una madre ante el hecho de comprobar que su hijito se muere de hambre, u otras menos espectaculares como la de ver cuatro millones y medio de parados dentro de un sistema que por caduco e insostenible empieza a intuir la existencia de un problema mucho después de que entre los representados por ese Sistema están ya pasando hambre.

El instrumento para hacer comprensible esto es muy sencillo. Impedir pensar, y la forma natural de aportar respuestas a la gente sin que esta piense, o mejor aún dándoles la respuesta antes de que ni tan siquiera tengan la necesidad de hacer la pregunta, pasa, como todos nos imaginamos, por la consabida Religión.

Sin embargo, por una vez no se trata de hacer a la Religión culpable de todos los males. Estamos a punto de celebrar los 33 (treinta y tres años qué curioso), de Gobiernos Democráticos. Con Suárez se despertó en España una costumbre que llevaba demasiados años dormida, si no aletargada, la costumbre de pensar. El que piensa duda, el que duda pregunta y cuestiona, y por eso es mejor eliminarle. Ante esta consigna, y desde la Generación del 36, los padres, en defensa propia se olvidaron de pensar, y lo que es peor, en defensa de sus hijos, se olvidaron de enseñarles a pensar a ellos.

Tiene que ser ahora, cuando florecemos los de la Generación del 75 al 80, cuando maquinarias oxidadas y herrumbrosas, las del pensamiento individual y colectivo, vuelven a ponerse en marcha, a pesar de algunos, y por desgracia no con el apoyo de todos. Sin embargo, la inercia es mucha, y dentro de poco, con la labor lubricante del recuerdo de las generaciones perdidas, y con la fuerza dinámica de la Universidad, este país recuperará sus ancestros, enterrará a sus muertos, y. sin duda, volverá a hacer presente lo que hasta hace poco sólo era permanente futuro.

Luis Jonás VEGAS VELASCO

JUNIO DE 2009

lunes, 8 de junio de 2009

HACIA LA POLITICA DEL SOLAR ( Y III)

Resulta cuando menos preocupante, que los aparentes estados de amnesia que hasta el momento parecían sufrir tan sólo nuestros políticos, hayan acabado por afectar también, si no en mayor medida incluso, al común de los mortales que al menos hasta ayer cubríamos la faz de este mundo, y de esta España; consolidando con ello la certeza de que, efectivamente, a día de hoy tenemos un verdadero problema.

Y es que, algunos pensábamos que esa capacidad de abstracción que nos permitía comprender sin ningún género de dudas que, efectivamente, tal y como todos sabíamos, la mayoría de nuestros representantes no vivían en el mundo real; baste para ello analizar algunas de las declaraciones que se han vertido durante la reciente campaña electoral; han acabado lamentablemente por “infectar” de manera tan eficaz como lamentable a algunos de nuestros comunes, tanto como mortales.

Los Gobiernos de izquierda tienen como misión repartir (siguiendo criterios sociales) la riqueza que generan los de derechas. Así reza una máxima formulada por un famoso politólogo francés del pasado siglo. Dentro de la incuestionable certeza de la misma, y sin entrar en demasiadas profundidades en discusión de las formas y de los fondos, sino más bien por aquello de contextualizarla dentro de nuestra línea argumental: ¿Cómo demonios se puede entender que de una Europa eminentemente obrera, y dentro de la que sin duda es la mayor crisis económica de la que el Sistema (no lo olvidemos Capitalista) tiene constancia, desbarre hacia la Derecha.?

Europa no puede permitirse el lujo, y España menos todavía, de volver a confiar, o mejor dicho de poner sus designios políticos y por ende económicos, en manos de una derecha ideológicamente cavernaria que, económicamente sigue apostando por un sistema, el capitalista, que acaba de manifestar no ya solo sus debilidades, sino principalmente la maldad implícita que le es propia. Así, a partir de abstracciones que disfrazan tras enrevesados términos como “especulación”, no hacen sino desarrollar un sistema que requiere para su supervivencia, de planteamientos “infinitos”, a desarrollar en una realidad “finita”. ¿Cómo salvar éste pequeño inconveniente?, Fácil, gracias al tan traído por todos y por pocos comprendido concepto de la “especulación”, generamos la ilusión de que existen realmente los duros a cuatro pesetas, de manera que siempre se queden los mismos con la peseta que sobra.

Por ello, una vez más, y van tres desde la muerte del Dictador, España ha hablado, y lo ha hecho con voz clara que no alta, ya que el elevado nivel de la abstención le ha quitado intensidad al vocerío. De nuevo nos echamos en manos del gestor, del economista, aunque para ello debamos inexorablemente de desacreditar al político.

La Derecha es, sin lugar a dudas, mejor gestora de capitales. De igual manera a la izquierda le queda, de forma clara, reparar los jirones en los que el excesivo realismo del Capital deja convertidos los sueños propios de la utopía. Sin embargo, será responsabilidad de todos estar muy atentos del precio que en esta ocasión habremos de pagarles a esos gestores de pacotilla los cuales, no lo olvidemos, no hacen sino jugar a salvadores de una patria cuya existencia, no lo olvidemos, deben y debemos a una Historia que no se gestó a golpe de calculadora y letra de cambio, sino de sueños y convicciones de que una España y una Europa enteramente sociales, eran posibles.

Luis Jonás VEGAS VELASCO
JUNIO DE 2009.

domingo, 24 de mayo de 2009

HACIA LA POLÍTICA DEL SOLAR (Y II)


Resulta como poco lamentable que, a estas alturas, cuando apenas llevamos soportados cuatro días de campaña en pos de las europeas, todo cuanto tengamos que decirles a nuestros líderes, así como a la mayoría de los que optan a algún cargo en las mismas, es que guarden un elegante, cuando no respetuoso, silencio.


Y es que a estas alturas no ya de campaña, sino de vivencia política en la que, todo hay que decirlo, tanto el periodo real de crisis, como aquel otro periodo casi tan dañino como el real, a lo largo del cual la agresión en defensa propia ha sido la tónica dominante entre las propuestas que han prevalecido a cargo de nuestros líderes; resulta casi obvio, y no por ello menos dantesco, dejar aquí constancia de que lo mejor que podía pasarles a ambos, era que el tiempo que han de dedicarle por obligación a intentar convencer a aquellos que ya están del todo convencidos (bien de votarles unos, o de no hacerlos ni aunque la vida les fuera en ello a otros,) ratifiquen si cabe aún más sus posturas.


El motivo de esta flamígera afirmación es clara, y por una vez, es una constatación de la realidad que me rodea: Tal y como se ha planteado la crisis sistémica que nos invade, y una vez constatado que ninguna de las opciones políticas principales que se presentan puede desde la sinceridad programática plantear soluciones; lo mejor es que ambas corrientes ideológicas hagan examen de conciencia desde el silencio y promulguen la libertad real de voto para todos, incluso para sus afiliados, por no hablar de exonerar de la “disciplina de Partido” a sus aforados.


La Derecha cavernaria, por constatación ideológica, debería tener un miedo cerval a una Campaña electoral si esta estuviera realmente planteada en términos de solvencia política y moral, esto es, si en realidad su afán de conseguir el poder estuviera constatado en la convicción de que desde su propuesta política se pudiera dar solución al problema que monopoliza en la actualidad toda la acción del mundo, la crisis. Sin embargo no hace falta ser para nada avispado a la hora de constatar que la serie de propuestas que se esconden en la recámara de los eufemísticamente llamados “liberales”, como es la rebaja de las pensiones, subida de impuestos, y en general la caterva de acepciones tecnócratas bajo las que escudan su catálogo de políticas represivas, no hacen sino motivar el silencio como la mejor de sus propuestas, de manera que al acabar cada jornada, y hacer recuento, no esperan realmente haber capturado electores de las filas enemigas, les basta realmente con no haberse dejado ninguno de los propios en eso que ahora se llama “laguna ideológica de la inseguridad.”


Al hilo y por dialéctica, resulta sorprendente, y por ello bastante preocupante, que a la Izquierda tampoco le vaya mucho mejor. Así, cuando a estas alturas, en las que en vista de las circunstancias deberías tener del todo arrinconado en su rincón a tu oponente en base y con tan sólo necesaria la mención de las Políticas Sociales, y sin embargo no sólo no lo has hecho, sino que día a día pierdes terreno; es en ese momento cuando has de plantearte que, sinceramente tienes un problema.


Real y sinceramente, la excusa de que hay que unirse para todos juntos, desde una política de consenso promover soluciones, es algo que, sinceramente, a la mayoría no debería convencernos, ya que, a pesar de tener una mente abierta, me cuesta mucho concebir como algo que pueda servirle a la Derecha, pueda nunca ser útil a la Izquierda. ?O es que ya han conseguido de verdad diluirla en esa ambigüedad patética que es el Nuevo Centro.

Si ha sido así, entonces que no cuentes conmigo, si radical es tomarse las cosas de raíz, entonces todos deberíamos ser un poco radicales.

LUIS JONAS VEGAS VELASCO








sábado, 23 de mayo de 2009

HACIA LA POLÍTICA DEL SOLAR


Resulta evidente, casi natural, que una vez fracasada la economía basada en el ladrillo, sea necesaria la confección de una política basada en elementos más profundos, más sólidos. Y tan profunda ha sido la búsqueda de soluciones que trasciendan al ladrillo, que hemos alcanzado no solo los cimientos, hemos llegado a cuestionar la base misma, hemos llegado al solar.

Desde tiempos inmemoriales, el sinónimo lógico del poder se encontraba concentrado en la posesión del bien diferenciador, en la posesión de la tierra. Por aquél tiempo, en el que todo era si no más sencillo, sí al menos más natural; la posesión de la tierra se unía a la tenencia de la riqueza que de la conjunción de ésta con el trabajo emanaba, en definitiva, eran los principios básicos de la tan buscada hoy en día de nuevo economía productiva.
Sin embargo, inocente de aquel que sinceramente crea en la veracidad de los argumentos de aquellos que aparentemente promueven y abogan por la vuelta a estos orígenes. Sus motivos, al igual que sus procedimientos, no pueden ser realmente tan sencillos como la apariencia intenta indicarnos. La realidad es que, como ocurre con el aceite y el agua, conjugar ambos términos resulta cuando menos costosos, de manera que hacer coincidir en la misma ecuación principios básicos del Capitalismo (vulgar especulación en base a la posesión del terreno, urbano si es posible,) con principios productivos elementales del Comunismo, tales como la revalorización de los recursos en base a la aportación del trabajo, da como resultado un cóctel complicado, cuando no incendiario.

Hechas estas observaciones, y una vez obtenidas las conclusiones que le son naturales, la pregunta es obvia, ¿Quién sale beneficiado con el caos.? No menos lógica resulta la respuesta. Por deducción aquél que necesita del cambio cuando no sea más que para lograr en base al mismo una mejora respecto de la posición que en el momento presente ocupe, esto es por ende, la oposición.

Cometeríamos un error imperdonable si, una vez alcanzadas estas consideraciones, no les diéramos la suficiente importancia, y tomásemos además las medidas preventivas necesarias. Porque no debemos olvidar que en España la oposición es la Derecha más recalcitrante, representada tampoco lo olvidemos por un Partido Popular que, como león herido, es ahora si cabe más peligroso que antes, azuzado además por la responsabilidad electoral que en estos momentos, recién comenzada la campaña electoral de las europeas; puede tener un retorno a sus viejos principios de salvadores de la patria, máxime cuando la situación general que nos rodea ha reducido el marco de operaciones a un sólo término, monólogo y dictatorial cual es el de la crisis.

Con todo esto claro, nos permitimos el lujo de anticipar una Campaña complicada. Una campaña en la que, como hace mucho tiempo que no ocurría, los discursos volverá a tener contenido, y aquellos que los pronuncien, tal y como no ocurría desde hace mucho tiempo, habrán de ser verdaderamente responsables antes sus votantes, no sólo en lo dicho, sino también en las formas.

Y ahí es donde surge el miedo. La Derecha por condición propia se ha hecho merecedora de un discurso, y diría más, de unas propuestas las cuales, una vez son despojadas de la morralla prpia de la retórica, y de los adornos del sofismo, no pega realmente con el proyecto de edificio europeo que llevamos tantos años construyendo. Por ello a lo mejor sienten la tentación de proponer la demolición de ese edificio en el que construimos un proyecto social, para quedarse con el solar y levantar un casino, y varios campos de golf.

Luis Jonás VEGAS VELASCO

domingo, 29 de marzo de 2009

NOS ESTÁN CAMBIANDO EL TEATRO DE OPERACIONES




Y eso, tanto si nos gusta como si no, supone en sí mismo un riesgo que no debemos pasar desapercibido, si por otra parte no queremos pagar caras las consecuencias dentro de un tiempo cada vez más corto si tenemos en cuenta la velocidad creciente con la que cada vez en mayor medida se desarrollan los acontecimientos.

A qué nos referimos, pues concretamente a la puesta en práctica de forma ordenada y coherente por parte tanto de la derecha cavernaria como de la Iglesia ultra-ortodoxa de un cambio radical en su forma de hacer, esto es a la hora de actuar, como de no hacerlo.

Hasta ahora, y con ahora me refiero al periodo que va desde el periodo de entre-guerras hasta la muerte del anterior Sumo Pontícipe; todos, incluso ellos, el binomio Iglesia-Derecha, teníamos claro qué sería lo que había que hacer, lo que había que decir, e incluso cómo había que contestar a una provocación, incluso antes de que esta se llevara a cabo. En la actualidad, esas reglas “no escritas”, pero a la sazón por todos conocidas y por ende respetadas, están siendo superadas, y están dando lugar a una serie de cambios los cuales, dadas las especiales circunstancias del Mundo por todos conocidas, hacen que la mera novedad que estas respuestas, o la falta de ellas, configuren, o en cualquier caso resuciten, una nueva realidad cuyas consecuencias, por el mero hecho de ser impredecibles, sean en sí mismas, perniciosas.

Como decía un estratega americano durante la Crisis de los misiles cubanos, lo que hace viable el juego con los rusos es que siempre podemos anticiparnos a sus movimientos ya que sabemos que un ruso siempre hará aquello que más beneficie a un ruso. No debe preocuparnos que alguien quiera tener cincuenta cabezas nucleares, lo que debe llenarnos de terror es topar con alguien que sólo necesite una. Salvando todas las distancias, y extrapolando paralelismos, en la lucha que hasta el día de hoy hemos librado en Europa contra el liberalismo aquellos que nos consideramos socialistas; y contra el catolicismo los que estamos en contra de la religión como forma de obtener respuestas a nuestras preguntas, pasaba tener muy claro, tanto en un sentido como en otro, que determinadas cosas, sólo podía pasar de una determinada manera. Así, asociaciones como la natural que se manifiesta entre Derecha y Clero, dan pie a una simbiosis natural que genera por sí sola una corriente de pensamiento cuyos discursos, líneas de pensamiento y conclusiones son previsibles, incluso improvisados; por ello, conforme al mismo razonamiento, la respuesta que desde el lado contrario se le puede ofrecer, es igualmente calculable. De esta manera, ambas partes tenían claro hasta el día de hoy, que ciertos márgenes nunca sería superables, salvo que esta superación llevara aparejada la puesta en marcha del enésimo asalto final.

Por todo ello, contemplar la nueva estrategia de la derecha cavernaria española, en concubinato con la clase curia española englobados bajo la escusa de la Reforma Legal de La Ley del Aborto, deja, más allá del hecho de que se pueda estar o no de acuerdo con la mencionada Ley; la extraña sensación de que en realidad algo se nos está escapando. Algo mucho más profundo y de consecuencias sin duda a día de hoy incalculables.
Los motivos no son meramente alarmistas:
En primer lugar, tanto Iglesia como Derecha ponen en marcha a sus huestes de cara a la respuesta social coordinada en la calle, contra la mencionada Ley.
A continuación, ponen en situación de espera (declaran DEFCOM 4) a sus mercenarios, en este caso a sus “Asociaciones y Cofradías”, los cuales montan el nmerito del lazo amenazando la Semana Santa.
Luego, por si no es bastante, organizan las manifestaciones de unos “Grupos pro-vida” los cuales alguien habrá de explicarnos de dónde y quién les ha dotado de plenipotenciaria en semejante campo para este domingo.

Sin embargo, lo más “sorprendente” ocurre cuando ambas: que se sepa derecha cavernaria e Iglesia anuncian de repente su no adhesión a los movimientos que ambas han coordinado, y lo hacen de manera un tanto precipitada, provocando que un purpurado de Teruel clame en directo por la Cadena Ser llamando a la rebelión social contra un Estado que usa los impuestos para matar niños; y dejando igualmente al Sr. Martínez Pujalte sólo ante el peligro en la manifestación intentando entre balbuceos explicarle a la audiencia de la misma emisora de radio el porqué de que él se encuentre en la manifestación a título particular mientras que la Dirección del Partido Popular no secunda la maniobra.

Hasta ahora, todos sabíamos dónde y con quién jugábamos. Esto nos permitía saber hasta dónde podíamos llegar. La derecha cavernaria comulgaba cada domingo, mientras que los rojos escribíamos panfletos en los que de vez en cuando descubríamos y avergonzábamos por ello a algún que otro “facha” Y ahí acababa el cuento.

La Historia ha demostrado que hay cosas que, según en qué momentos, pasan de aparentemente inofensivas, a terriblemente peligrosas. Así, en España, los movimientos que se hicieron a partir de la Primera República, acabaron como todos conocemos, y sólo va a hacer setenta años de ellos.

Esperemos que a la Derecha cavernaria no desee dar por resucitar su lado “ultra” y haya decidido que es el momento de despertar al “leviatham”, como quedó puesto de manifiesto, es un monstruo terrible que una vez desatado no diferencia víctimas de verdugos.
Seguro que setenta años no son suficientes como para que ya nadie se acuerde.



Luis Jonás VEGAS VELASCO
MARZO DE DOS MIL NUEVE.

jueves, 19 de marzo de 2009

DE LA NECESIDAD DE LA ACONFESIONALIDAD REAL


Si fuera por Martínez Camino, ¿habría nacido Javier?

A menudo resulta llamativo comprobar como resulta mucho más productivo escuchar que contar, oir que decir. Si bien es cierto que cuando habla, uno sólo dice lo que sabe, cuando se escucha se corre el riesgo de aprender algo. Si bien este aforismo, por ser estéticamente apreciable, no resulta siempre verosímil; así en el caso de la Iglesia Católica se cumple sólo a medias ya que si bien basta con escucharles para aprender, concretamente lo que no hay que hacer, resulta igualmente cierto comprobar como ellos solos se encargan de desacreditarse al hacer realmente complicado el dotarles de cualquier género de verosimilitud en lo que concierne a sus juicios, y por encima de todo a sus argumentos. Creo poder afirmar que, una vez más, se les ve flojos en materia de argumentación, sin duda por la falta de práctica.


¿Es realmente posible un distanciamiento mayor de la realidad.? ¿De verdad se creen no todo sino algo de lo que “predican”.? O es que en realidad la pertenencia a la metafísica de sus considerandos ¿Les autoriza para expresarse de forma tan autoritaria hacia la realidad manteniendo a la vez tan alto nivel de asepsia hacia la misma.?. Porque lo cierto es que a veces parece que les viene bien vivir al margen no de la verdad, sino de la realidad. Entonces surge la cuestión: ¿Ese distanciamiento es accidental, o por el contrario forma parte de una estrategia perfectamente diseñada.? Evidentemente, yo creo que la Iglesia Católica ha demostrado en sobradas ocasiones que no deja nada a la improvisación, por lo que nos atrevemos a afirmar que ese distanciamiento respecto de la realidad, que no directamente de la verdad, les faculta realmente para mantenerse operativos en su condición de “dispensadores de tranquilidad espiritual”, porque a eso han quedado reducidos, por no decir a vulgarmente a meros sanadores de almas, que no de espíritus. Resulta evidente tan sólo con mirar, o en este caso con escuchar, para comprobar como la lucha de la Iglesia, lucha ejecutada a base de las armas que aporta el dogma, y en perpetua alianza con la ignorancia, resulta cada vez menos fructífera a medida que se enfrenta con la Ciencia, la cual hace gala de la duda procedimental como arma, caminando de la mano de una cada vez más fortalecida Sociedad del Conocimiento.


A título de conclusión, y como respuesta a la incógnita de si puede la Iglesia dispensar Moral, entrando en competencia con la axiología, o en cualquier caso disputando certezas a la Filosofía, resultan sobradamente respondidas en base a los bochornosos espectáculos a los que últimamente nos tiene acostumbrados la Iglesia, bien a través de las manifestaciones de sus líderes locales, como puede ser el caso de la lamentable campaña auspiciada por el Sr. Camino, o por las circunstancias promovidas en otro género de actos, como los manifestados por el propio Benedicto XVI.


En definitiva, no olvidéis aquello de “haced siempre lo que yo os digo, pero guardaros de hacer aquello que yo hago.”


Luís Jonás VEGAS

marzo de 2009

sábado, 14 de marzo de 2009

DE LOS OTROS COSTES DE LA CRISIS


Poniendo por adelantado que no soy amigo de buscarle a las cosas los aspectos positivos, como tampoco lo soy de imponer las negativas, hemos de aceptar que uno de los escasos motivos que permiten felicitarse por participar de la globalización, procede de haber comprobado como la lectura objetiva, independiente y autónoma del individuo ha sido superada dando paso a una nueva realidad basada en los componentes grupales del sujeto. Surge así una nueva realidad de persona que basa su definición es aspectos más relativos, subjetivos, y siempre fundamentados en el componente social; siendo validado en la medida en que sus acciones aportan validez al sistema del que forma parte.

Una vez aceptado el condicionante de pertenencia a un Sistema, resulta evidente dar el siguiente paso es pos de concebir al individuo en la medida en que desencadena las acciones que le son propias de su pertenencia al Sistema, esto es, en la medida en que se comporta como persona. Así, no cabe ya una concepción diferenciada del individuo, sino que este, en función de que parámetros sobradamente explicados por autores como Hobbe, Locke y por supuesto e lpropio Rousseau, no sería propio extendernos aquí sobre ellos, si bien se hace necesaria su cita a fin de determinar sobradamente los marcos teóricos de la presente.

Así, una vez que el individuo ha pagado los peajes y tasas que le son imprescindibles para su ingreso en la Sociedad, peajes que no lo olvidemos se hacen efectivos en forma de costes para su libertad; consigue no obstante desarrollarse como miembro de una Sociedad, que se basa en un Sistema, que como tal integra a una serie de elementos, en este caso de carácter social, a los que regula mediante el apercibimiento y la sanción de una serie de normas, cuyo origen muchas veces es de carácter ancestral, cuando no netamente trivial.

Con tales condicionantes, resulta imprescindible citar a continuación los condicionantes fundamentales de los que se nutre el Sistema. Así, a día de hoy resulta irrefutable la aceptación de que nuestro Sistema se fundamenta en el establecimiento de un tejido, que será más o menos denso en función de la época, que entrelaza de forma íntima Economía con Política y Religión, dictándose con estos ingredientes el aditamento general que compone la Sociedad.

Por ello, hay que aceptar que cualquier variación, por pequeña que sea en la relación con la que cada uno aporta, conlleva de manera ineludible modificaciones que afectan al resto de elementos, los cuales necesariamente han de recombinarse para establecer el patrón que define la nueva realidad.
Y si esto ocurre cuando las modificaciones se producen a pequeña escala, imaginarse lo que ocurre cuando los mencionados cambios se producen a niveles de magnitud crítica. Al miedo social que se establece como apriori antes de valorar los cambios que se hacen necesarios, es a lo que se llama Crisis.

Una crisis en definitiva afecta a todos y a cada uno de los elementos del Sistema, en la medida en que viene provocada por la modificación traumática de uno de esos mismos elementos, atendiendo a una causa que puede ser interna o externa al mismo sistema.
En la medida en que aceptamos lo anterior, por paralelismo semántico habremos de asumir que una crisis interna, que tiene su origen perfectamente identificado en uno de los componentes del Sistema, concretamente en la Economía, habrá de afectar de forma directa en todos y cada uno de los componentes junto a los que integra la Realidad Social del Sistema del cual forma parte.

Así, una vez que aceptamos ese principio, y aterrizando el asunto a nuestro sistema, y por ende a nuestra crisis, habremos de aceptar que en la medida en que la profundidad de la Crisis económica se manifieste, así lo irán haciendo paulatinamente el resto de los componentes ya aludidos. Nada volverá a ser igual, Los elementos volverán a recombinarse dando pie a nuevas realidades que serán mejores o peores en la medida en que resulten beneficiosas o perjudiciales para los sujetos activos, las personas, que formábamos parte de aquél el viejo Sistema, que podamos o no adaptarnos a esa nueva realidad.

A nadie se le escapa que esta situación traumática donde las haya, será no obstante muy beneficiosa para algunos. Fortunas y consecuciones de Poder son dos realidades íntimamente ligadas, hasta el punto que el silogismo Riqueza deriva en Poder, suele ser muy acertado. Por ello, Los poderes y los poderosos reactivarán alianzas dormidas y reconocibles por rancias, estableciendo con ello pactos demoledores que de nuevo tendrán un sólo objetivo, reescribir una realidad que les sea más positiva, más ... beneficiosa, en la medida en que les permita recuperar el terreno perdido. Esa recuperación no será por supuesto gratuita, tendrá por el contrario un coste muy elevado, que se pagará, como no puede ser de otra manera, en la única moneda que estos señores conocen, la moneda del Coste Social.

No nos engañemos, lo que una vez más está en riesgo es la Política Social, y con ello asoma peligrosamente la posibilidad de que alguno quiera cobrarse sus beneficios, o la posible ausencia de ellos, en tiempo, recursos y logros en materia social. Ahí quedan ya las propuestas muy serias por otra parte que han hecho públicas entidades muy influyentes en esta materia, como puede ser la O.C.D.E.; que por cierto no se ha cortado un pelo a la hora de identificar en los trabajadores si no a los responsables de la Crisis, sí al menos a los que deberán hacer más esfuerzos para poder minimizar sus efectos. Resulta gracioso, o al menos a mí me lo parece, que unos señores con traje y corbata necesiten irse a celebrar una reunión a Suiza, para llegar a la para nada sorprendente conclusión de que deberemos ser los que llevamos mono o deportivas los que habremos de solventar de nuevo sus problemas.

Y que nadie se crea por otro lado que en España estamos al margen de todo esto. Ya habéis visto el lamentable espectáculo que están protagonizando nuestros Sindicatos, los cuales precisamente a base de inacción están actuando. A nadie realmente se le puede tratar de convencer hoy en día de que es un ejercicio de prudencia para evitar “reacciones inadecuadas”. En éste país ya somos mayorcitos para necesitar que nos anden con paños calientes, una vez más.

Sin entrar en devaneos políticos, sino de ubicación ideológica, una vez más se hace necesario el posicionamiento político. Si la metáfora del remo y las ratas quedaba excesiva, tal vez resulte más comprensible si la planteamos de manera que entendamos qué es lo que queremos a partir de ahora, que hemos destrozado el coche, arriesgarnos a volver a pinchar poniendo una rueda recauchutada, que es más barata a todos los efectos; o por contra vamos a ser responsables y coherentes aceptando el esfuerzo que sin duda va a suponer merecer una rueda nueva.

De nuevo, es nuestra responsabilidad, ética, moral, pero sobre todo social para con nuestro sistema.

Luis Jonás VEGAS VELASCO
MARZO DE DOS MIL NUEVE.

domingo, 8 de marzo de 2009

DEL MIEDO A LA LIBERTAD.


Hace mucho tiempo, a propósito del plan de independencia vasco, que desgraciadamente pasará a la Historia como "El Plan Ibarretxe", me permití el lujo de opinar, a pesar de los espinoso del tema.

Las críticas no se hicieron esperar, no en vano por aquél entonces yo ostentaba obligaciones políticas de carácter públco, y eso, no lo debemos olvidar, en este país dota de patente de corso a la Hipocresía. Es decir, debes pensar muchas veces lo que dices, y raramente atreverte a decir lo que verdaderamente piensas.

Sin caer en burdos reecuerdos, el verdadero motivo de rescatar estas palabras estriba en que, los resultados electorales de la Jornada celebrada la semana pasada; y más concretamente las declaraciones, en mi humilde entender incendiarias del "Jesuita", el del Cero negativo y el carnet de validación vasca, si, Arzallus, devuelven al debate de primera actualidad el texto al que hago referencia.

Nunca una derrota fue tan dulce, ni una victoria tan compleja. Al PSE se le obligará a jugar de manera definitiva la carta de las lealtades estatutarias de cara a posibles pactos con el PP. A la vez, las complicaciones del juego democrático hacen que las decisiones que toma Patxi Alonso, por más que no estén dictadas desde Ferraz, no por ello vayan a tener menor repercusión allí. En definitiva una papeleta. Un buen guiso que digamos, a cuyo "aliño" no falta el PNV con sus cantos de sirena en relación a los "Golpes de Estado encubiertos". Pobrecitos.

En definitiva, la pelota está en el tejado de los Políticos (con mayúsculas), veremos si están a la altura.

Luis Jonás VEGAS
MARZO DE 2009.





EL MIEDO A LA LIBERTAD. O LOS ERRORES PROCEDIMENTALES A LA HORA DE DESBARATAR EL PLAN IBARRETXE.

Y es que eso es de nuevo lo que parece desprenderse de los últimos acontecimientos que presiden el quehacer diario de nuestros principales Partidos con representación vinculante en las Cámaras Institucionales. Amenazas veladas de no apoyar la Constitución Europea, Juegos de manos en lo concerniente a castigar al vencedor porque ha osado ganarnos; en definitiva, una absoluta falta de madurez política, pero lo más lamentable es que den por hecho que todos somos tan infantiles como ellos.

Cómo se atreven a pensar que por el mero hecho de ostentar la representación en un sistema que no lo olvidemos, es meramente representativo, puedan de verdad gozar del permiso para hacer y deshacer a su albedrío. ¿De verdad se atreven a creerse poseedores de la Verdad Absoluta?. Si es así, todos tenemos un grave problema.

¿De dónde procede ese miedo a pensar?, y lo que es peor, ¿Por qué les asusta tanto que otros piensen?. O eso es al menos lo único que se desprende de la flemática reacción que ha unido de manera misteriosa a los dos principales Partidos Políticos que monopolizan la actividad democrática de éste País. Y es que, no lo olvidemos, de eso se trata siempre, de actividad democrática, con sus pros y sus contras.

Cómo se atreve nadie, en los tiempos que corren, a apelar a argumentos de Sentido Común, (el menos común de los sentidos), para defender o en este caso denostar una no lo olvidemos propuesta política democráticamente válida. A burda patraña suenan esas argumentaciones, o a cosas más peligrosas cuando todo un Ex-Ministro del Interior como D. Ángel Acebes, con las responsabilidades que aún hoy pese a la pérdida de su condición le afectan no lo olvidemos, afirma que “... se empiezan a observar actitudes más propias del ambiente político de la España del 34.” Brillante argumento, si no fuera porque parece olvidar que aún con gente así, o debería decir a pesar de gente así, las circunstancias políticas que obran hoy en España han cambiado mucho a España. La prueba, la madurez de los ciudadanos de a píe, de la que se ha dado muestra no tomando en serio semejantes manifestaciones.

No se trata de estar a favor o en contra del Plan Ibarretxe. Se trata de algo mucho más serio, y por ende mucho menos sujeto al vaivén de las obligaciones electorales o de las presiones barriobajeras. Se trata de dotar de argumentos a la gente para que sepan cuando se está procediendo a un atraco democrático. ¿Por qué tanto miedo al monstruo?. ¿Por qué tanto interés en hacer llegar el Plan a la Cámara Baja del Estado?. Ahí ha estado, se ha debatido democráticamente, se ha votado dentro de los cánones de la Democracia, ha obtenido un resultado de esa votación, y se ha devuelto a la Cámara Vasca, poniendo fin al Drama de las Españas que unos pocos han querido revivir. La Democracia se ha alimentado con su propio ejercicio, y en paz. ¿O es que no era eso lo que algunos querían.)

Como A. Einstein dijo: “ Cuando quieras conseguir algo para lo que necesites a los demás, explícalo con claridad, y deja la retórica para tu sastre.”

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

domingo, 1 de marzo de 2009

DE LOS RETORNOS AL PASADO Y DE LOS AIRES DE GRANDEZA

Rescatamos el presente escrito, que fue confeccionado hace ya dos años. Es curioso comprobar como algunsa cosas no sólo no pierden actualidad, sino que parecen actualizarse con el paso del tiempo... Es curiosos como la Historia, en su intransigente divagar encadenada de manera inexorable al paso del Tiempo, nos sorprende a veces con efectos y fenómenos que parecen querer romper esa fructífera unión, logrando con ello la aparición de episodios que nos recuerdan tiempos pasados, o que incluso parecen más propios de otras épocas, en principio superadas. Basta un ligero paseo por las Crónicas de la Historia, paseo que sin duda será mucho más provechoso si no nos limitamos a citar las fuentes de los vencedores, para comprobar como desde siempre, los poderosos han visto como su poder se consolidaba no a base de mostrarlo y manifestarlo, bien con ejercicios de suntuosidad, o con muestras de autoridad; la verdadera consolidación del poder se conseguía asentando en el dominado la convicción de que su estado natural era el de permanecer bajo el yugo del dominador, fuera éste laico, un señor feudal, o religioso, un señorío clerical. Una vez asentado este poder, había que hacer uso de él. Se trataba de manifestar ante el resto de iguales, en tanto que se consideran enemigos potenciales, la magnitud del poder alcanzado. El poder de un Señor Feudal no se basaba tan sólo en la extensión de las tierras que poseía, sino también y fundamentalmente, en el número de vasallos sobre los que ejercía su dominio. La relación de vasallaje, piedra angular de la época feudal a todos los efectos, al apoyarse sobre ella la en principio inestable pirámide social, explica cosas tan espectaculares como el privilegio que para un vasallo podía suponer morir por su Señor. ¿Podía caber mayor honor para un hombre convencido desde su nacimiento de su condición de siervo, desposeído tal vez desde la cuna de su propia condición de hombre en la más amplia acepción de la palabra; que el de morir en pos de aquel que justificaba de alguna manera su mísera existencia.? La respuesta la encontramos en fenómenos históricos como puede ser la Host de los Condados Catalanes, o el rebato, en las Cortes Castellanas. Se entendía por la Host al conjunto de ciudadanos catalanes, era ésta condición “sine qua non”, que tenían el privilegio de, unidos bajo el pendón que les identificaba como pertenecientes a los diversos gremios de la ciudad, de acudir a pedir responsabilidades por la vía de las armas, sobre aquellos, nobles, señores, o incluso territorios extranjeros, que de una manera u otra habían podido ofender alguno de los privilegios que las ciudades catalanas tenían concedidos. Cuando alguno de éstos previos había sido infringido, la host era convocada al grito de “Vía fora”, grito que, como no podía ser menos, venía acompañado del incesante repique de todas las campanas de la localidad sobre la que se declarase. El júbilo con el que el hecho era acogido entre la mayoría de ciudadanos que creía firmemente estar luchando por su condición de ciudadano, no podía acalla el chirriante peso de la verdad, que no era otro que el de comprobar como, una vez más y como tantas otras, el vulgo, la plebe, lo más ínfimo del escalafón social de la época, luchaba y moría una vez más, y lo hacía de nuevo convencida de que era su deber, en condición ética, o tal vez como voluntad de Altísimo, para defender los derechos de un Sistema Feudal que permitía mientras al Señor Feudal mantener su posaderas calentitas al humor de las llamas de su chimenea en el Salón de Homenajes, mientras el común se partía la cara para conseguir a lo sumo y no siempre con suerte, ver como cambiaban un tirano por otro. En la actualidad, los métodos han cambiado. Ya no se lucha en el sentido literal de la palabra, los señores feudales han cambiado sus medios de poder, aunque la mayoría sigue poseyendo ingentes cantidades de tierra, las cuales ya no valen en función de los kilos de grano que produzca, sino en función del Sector Urbanístico dentro del que queden recalificadas. El poder ya no se logra a base de controlar caballeros armados en las batallas, sino que se posee en función de lo involucrado que se esté dentro de los grupos encargados de generar opinión, o en base al número de influyentes que controles dentro de los círculos encargados de tomar determinadas decisiones políticas. Sin embargo, hay una cosa que los nuevos señores feudales han copiado literalmente de sus predecesores de la Edad Media, cual es el seguir convenciendo al vulgo de lo inexorable de su condición. Existís para proporcionarnos nuestro poder, y si se ve en riesgo para defenderlo, aún a coste de vuestra condición de hombre libres. La Host y los gremios han sido sustituidos por movimientos asociativos encargados muchas veces de disimular las luchas intestinas de poder entre estos nuevos reyezuelos, encubriéndolas a menudo tras el aparente velo de legalidad que aporta la supuesta mayoría, una mayoría que a menudo se convierte en masa en tanto que encuentra en estos movimientos asociativos su única oportunidad para no pasar totalmente desapercibido en esta inexorable rueda que es la vida. Pero en definitiva, hagámonos una pregunta ¿Quién está casi siempre detrás de estos movimientos.? ¿Qué fuerzas mueven a menudo los hilos, con la aquiescencia unas veces, y desde el desconocimiento otras de esas Juntas Directivas que a tantas y tantas veces no disimulan sino a simples testaferros.? Hagámonos la pregunta sin miedo a respondernos que, pese a los años transcurridos, seguimos disfrutando con el placer de poder morir en guerras que no son las nuestras. Y mientras, el Señor Feudal sigue en su salón del homenaje, afilando su cuchillo, contabilizando el grado de incremento que ha sufrido su poder desde el momento en que los vasallos le siguen jurando homenaje, y en definitiva, calentándose sus posaderas, mientras el vulgo continúa partiéndose la cara en batallas que nos benefician en nada, y que más bien le mantienen distraído de su verdadera obligación, que no es otra que la de identificar al verdadero enemigo, para comenzar a poner coto a sus fechorías. Luis Jonás VEGAS VELASCO LA ADRADA, MARZO DE 2007.

sábado, 14 de febrero de 2009

AQUÉL DEBIÓ DE SER UN BUEN AÑO




O al menos un año de buena cosecha, como diría sin duda un viticultor, ya que el resultado de aquél 1809 fue un caldo bueno: Denso, con graduación alcohólica, de eso no cabe duda, pero resultando un alcohol propio de la destilación del etanol, por ello más espeso y retenido que el procedente de la destilación de los azúcares, cuyo resultado es más superficial, menos prolongado.

Y es que precisamente en la semana que estamos a punto de dejar atrás se cumple el segundo centenario del nacimiento y muerte, respectivamente, de dos pesos pesados de la Historia de la Humanidad, cuales son A. Lincolm y C. Darwin. Dos hombres que, cada uno a su manera, y desde sus respectivas áreas de actuación, cambiaron sin duda el aspecto de la Sociedad de su época, haciendo sin duda posible la nuestra tal y como la conocemos.
Lincolm fue capaz de ver más allá, entendió a sus semejantes, pero quizá lo más importante, por novedoso, fue su capacidad para entender a los que no lo eran. O tal vez, hilando un poco más fino, fue su capacidad para no necesitar entenderlos, bastaba tan sólo con respetarles tal y como eran, como semejantes.
Darwin fue aún más allá. Superó mitos, y se dispuso a ir un paso por delante de lo que la realidad del momento, al menos la realidad que se predicaba desde los púlpitos y las camarillas, exponía. Superó el Creacionismo a base no de cuestionar nada, bastaba con observar lo que había fuera, al alcance de cualquiera que tuviera la habilidad para verlo con sus propios ojos, y la valentía para aceptarlo con su cerebro, sin tenerlo que pasarlo antes por el denso tamiz de la creencia.

Ambos lo hicieron, como otros antes lo habían hecho. Basta recordar el “Giro Copernicano-Kantiano,” con el que la posición del Universo respecto del Hombre según Copérnico, y del Hombre respecto del Universo, según Kant, se vieron definitivamente reescritos para siempre; y así permanecen a día de hoy.
En éste caso, en el que la nueva teoría Heliocéntrica se enfrentaba a la universal y religiosamente preconizada por el modelo “Aristotélico-Ptolemaico,” las cosas eran si cabía bastante más complicadas que ahora, máxime porque no bastaba con tener razón como ahora teoriza el “Procedimiento Científico.” Además era necesario ser capaz de defenderla, e imprescindible que te la quisieran dar.

A día de hoy esto no es imprescindible. Algunos llevamos años diciendo que ésto no se sostiene, y que como en todo sistema complejo, el rozamiento y las pérdidas en forma de calor, harán que tenga en sí mismo el motivo de su declive, esto es, simple y llana degeneración.
El momento ha llegado. El modelo ha caído. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con el modelo Aritotélico Ptlemaico, no lo ha hecho impulsado por el empuje de otro renovado que lo ha desplazado, sino que se ha desplomado, ha implosionado, atrapando en su interior a sus víctimas, cuyos gritos resuenan aún a nuestro alrededor.

La propuesta es sobrecogedora, y por ello asusta. Sin embargo, en términos sociales, morales y políticos, ¿ de verdad no es emocionante volver a inventarlo todo, definir un mundo nuevo, en el que volver a escribir las nuevas certezas, partiendo de las viejas premisas, pero sin olvidar superarlas.?

O es que alguien le había dicho a Lincolm que hoy habría un Presidente en USA del color de aquellos a los que él dotó de la condición de semejantes. Además, también esta semana se ha descubierto que el genoma del Hombre no es tan parecido al del Chimpancé. Afortunadamente.

Luis Jonás VEGAS VELASCO
FEBRERO DE 2009.

sábado, 7 de febrero de 2009

ES SOLO CUESTIÓN DE TIEMPO


Vivimos tiempos de cambio a nadie se le escapa. Sin embargo, la línea que separa los cambios controlados, de aquellos que por contra se desarrollan de manera alejada de cualquier atisbo de control, es cada vez más difusa. Ese tipo de cambio tiene un nombre, crisis, y muchos compañeros de viaje, caos, miedo, paro, insolvencia.


A nadie se le escapa que los cambios de por sí no son beneficiosos ni perjudiciales, sino que, generalmente es la actitud que frente a los mismos se toma la que determina la posición en la que el individuo quedará enclavado respecto de los mismos. Así, una vez más, a problemas sociales, hemos de aportar soluciones individuales.


Esa es precisamente de lo que se valen la estructuras del cambio para pasar desapercibidas en tanto que se van asentando. Precisamente en el hecho de responder a pautas del todo novedosas, que las hacen invisibles al análisis social, ya que éste necesariamente ha de llevarse a cabo bajo el calidoscopio de fórmulas preexistentes, que resultan del todo inútiles a la hora de enfrentarse a realidades o pensamientos totalmente innovadores. Es entonces en definitiva cuando la Sociedad, y con ella su máxima creadora de estructuras, la Moral, se vienen abajo, derrotadas en todas sus líneas por una nueva corriente cuyo fin, el cambio, esa extraña necesidad de ir siempre hacia adelante y corriendo, se confunde con los medios. En ese momento es cuando el Animal Social deserta de su realidad. La Sociedad se convierte en inútil para asimilar sus propias creaciones, y la criatura adquiere consciencia de sí mismo. La Ética supera a la Moral. El Animal Social ha sido superado.


Algunos querrán ver aquí el último por definitivo estado de evolución del hombre que predio el filósofo alemán. Sin embargo esta será una de tantas interpretaciones malintencionadas, que no por ello menos manipulada de las que se han hecho del SUPERHOMBRE pronosticado por el genial pensador. Nietszche pronostica un hombre individualmente competente, esto es, que no necesita ,en la más amplia acepción del término, de sus semejantes; más que nada porque en estos términos de individualidad no hay semejantes en tanto que la comparación es un ejercicio impensable.

Por contra la individualidad que aquí se promulga es una individualidad manipulada, tergiversada. El individuo está amañado, pervertido, castrado en lo más intimo de su ser, en tanto que sus principios, su profundidad y su esencia; su instinto en una palabra, aparece mancillado por una capa ligera pero continua, cuyo peso resulta a la larga insoportable por sí mismo, al tener que utilizar para ello la Ética, que es la única fuente de traducción que conoce, y que en este caso concreto y a la larga, se volverá íntimamente contra su portador y dominador.


Así, tanto la Ética, como el individuo que le aporta su sentido de existencia, no es que sean superados, es que son definitivamente engañados al convencerles mediante trucos y ardides de que su existencia no es necesaria. La Sociedad inunda al individuo. El Animal Social se convierte en la única definición aceptable, y la Moral diluye en su ser a la Ética. El mal está hecho. El individuo ya no es en sí mismo, sino que sólo es en relación a la posición que ocupa respecto de los demás. La perspectiva supera en importancia al objeto al que en principio hace referencia. La Realidad ha perdido la partida. El Hombre es sustituido por su percepción de la realidad. Ya nada es en sí mismo, sino que adquiere su rango de existencia respecto de su comparación con otra realidades que le supera en la escala.


Surge así la pregunta: ¿Quién controla la ÚLTIMA REALIDAD.?


Luis Jonás VEGAS VELASCO.


sábado, 31 de enero de 2009

¿EXISTE EL TIEMPO.?



O por contra, todo es una elucubración, un posicionamientos frente a lo inevitable, frente a lo que ha de suceder.

La pregunta debería formularse realmente en los siguientes términos: ¿Qué implica para el Ser Humano la concepción del Tiempo.? Porque es ese, realmente, el problema. El tiempo en realidad no existe, no como entidad propia al menos, hasta que el Ser Humano lo califica, lo identifica, y finalmente lo dota de entidad propia.

El tiempo, por ende, no es, sino aquello que hacemos con él. Y por ello aparece ligado de manera inexorable a la otra gran característica del Hombre, la de la concepción propia, esto es, la exclusiva capacidad de nuestra especie para tener constancia y existencia de sí mismo.


Entonces, y en consonancia con lo dicho, el tiempo no es, sino aquello que hacemos con él. No estoy con ello negando la inelidulible transición que existe desde pasado hacia futuro, pasando por presente. Por contra lo que hago es "humanizar" el tiempo, en tanto que le confiero validez autónoma sólo en función de lo que su transición permite hacer "en el inter" a cada sujeto.
Con ello, podemos decir que el tiempo no vale sino en función de lo que hacemos con él, o mejor dicho, durante el transcurso de "él".

Así, el corolario del axioma es lógico y casi natural, el tiempo no es, sino que lo hacemos nosotros, con nuestros actos, con nuestras vivencias, en definitiva, con la capacidad que cada uno de nosotros tiene para "aprovechar" cada segundo de vida. Porque a nadie se le escapan cosas como que no vale un segundo lo mismo para nosotros que para el corredor que perdió una medalla, o que unos minutos son algo de lo que puedes acordarte el resto de tu vida si fueron los culpables de que no llegaras a la estación para impedir a una persona que cogiera un tren.

En esencia y a modo de conclusión, tiempo y vida van de la mano, inexorablemente unidos, si bien el tiempo no determina una vida, porque hay vivencias inalterables al paso del tiempo, y tiempos que valen por toda una vida.

Luis Jonás VEGAS VELASCO
Enero de 2009.