martes, 21 de diciembre de 2010

QUIEBRA DEL CAPITALISMO. CAPÍTULO PRIMERO, LA ECONOMÍA.

DE CUANDO LA PERVERSIÓN ALCANZA EL GRADO SUMO, EL MEDIO DESCAVALA A EL FIN, SOMETIÉNDOLO DESPUÉS.



Esta y no otra debe de ser la actitud que nos inunde llegado el momento de analizar con la objetividad que proporciona la perspectiva, el papel que han ido jugando, uno detrás de otro, los elementos que han conformado el desarrollo, auge y posterior declive, de este nuestro modelo, que hemos dado en llamar Sistema Capitalista.


Sin embargo, burdo sería empeñarse en buscar las causas de tal declive fuera de él mismo. O dicho de otra manera, el Sistema Capitalista era aparentemente tan perfecto, que sólo en él y nada más que en él, podemos encontrar uno por uno, y si se nos apura casi ordenados, todos y cada uno de los elementos que han provocado su decadencia definitiva.


El Sistema Capitalista es perfecto. O al menos eso han bramado desde sus respectivas tribunas políticos de todas las edades, lo que más o menos debería indicar que de todas las ideologías, y de todas las naciones modernas en los últimos cuarenta años.

Pero la realidad no era ni mucho menos esa. La realidad era otra mucho más lacónica, mucho menos entusiasta. Para un mundo que acababa de salir de su mayor drama, la Segunda Guerra Mundial, nada podía ser más prometedor que el hecho de que un grupo de paises, reunidos en una comferencia, más alla de la de Yalta, fueran capaces, además en un tiempo récord, de diseñar un sistema que parecía no sólo válido, sino que además parecía ofrecer visos de durabilidad.


Sin embargo, el Sistema Capitalista adolecía de multitud de contradicciones la aparente certeza de sostenibilidad no era sino una falacia que, al igual que por ejemplo las "Vías Tomistas", partía de aquello que quería demostrar, para acabar demostrándolo a partir del uso inteligente de un aparente sistema científico. Así, si en el caso de Tomás de Aquino este cuenta con la debilidad del Hombre para demostrar la necesidad de la existencia de Dios a partir de apuntar en este Dios todo lo que por otro lado le niega al Hombre, el Capitalismo desata un nuevo Leviatham, el dinero, como respuesta a todas las preguntas.

Y es así como el Sistema, de manera implícita, va ganando en audiencia. De forma parecida a como funcionan las estafas piramidales, los paises que van entrando poco poco después de aquella primera reunión en la que se hicieron las primeras concesiones dramáticas, tales como la aceptación del "Billete Verde" como modelo de cambio; van recibiendo a modo de beneficio lo que procede de los primeros pagos efectuados por los agentes incursores.

Y el cuento crece y crece, no solo en volumen, sino incluso en magnitud. Y la nueva Religión ha de vender su propio alma al nuevo demonio, La Banca. La Banca, un ángel surgido del propio cielo que en apariencia era el Capitalismo. Un ángel caído en desgracia que ahora, pasa por caja para cobrarse sus intereses.

Toda esta situación no es nueva.Incluso podría decirse que era previsible. Por ello, me permito rescatar del baúl de los recuerdos una serie de escritos que vieron la luz, con mayor o menor fortuna en 2005. Hoy, desgraciadamente, no solo el tiempo les ha hecho ganar en objetividad, sino que casi les ha devuelto el tacto de actualidad.

Espero que los difruten, y que sirvan de algo.

Luis Jonás VEGAS

DICIEMBRE DE 2010.


LOS PILARES DE LA TIERRA, CUARTO PILAR: “LA ECONOMÍA”


No perdáis tanto el tiempo contando vuestra fortuna; ya habéis pervertido bastante vuestra existencia y vuestra vida desperdiciándolo en ganarlo.”


Así podemos enfocar el comienzo de lo que supone el cuarto y último de lo que hemos dado a entender como procedimiento para explicar de forma sencilla y somera, cuales han sido, a lo largo de la Historia, concepciones básicas y comunes, que han supuesto denominadores comunes en el devenir del Ser Humano y de las Sociedades.


Cuando M. Engels publica “El Origen de La Familia, de La Propiedad Privada y del Estado.” México, Fondo de Cultura Económica; describe tanto los elementos como los procesos básicos que pondrán de manifiesto el más revolucionario de los procesos sociales que el hombre ha conocido, La Economía.


Atendiendo y aceptando los principios básicos de la Antropología Social como válidos, resulta que el hombre, en su proceso evolutivo, se mantiene “socialmente equivalente” a lo largo de las tres cuartas partes del proceso. Sin embargo, en la recta final de éste proceso se desencadenan una serie de acontecimientos revolucionarios que acaban por disgregar a la Sociedad dando paso a la concepción individual y autónoma que por separado cada hombre tiene. Cada Sujeto adquiere concepción de su propio valor en tanto que es un ente diferenciado, y a partir de ese momento empleará toda su vida en manifestarla y reforzarla públicamente.


El fenómeno de la Propiedad Privada adquiere valor por sí mismo, extralimitándose y superando el rango que le confiere el hombre como creador del mismo, hasta el punto que éste sucumbe a las promesas que el sentido de la privacidad alberga: la propiedad genera diferencia, y la diferencia se identifica con el único sentido del poder.


Poder y Diferencia, que en definitiva no albergan sino la necesidad del hombre de desvincularse de lo común, de alejarse de las grandes concepciones globalizadoras para reconocerse a sí mismo. Sin embargo, para dar este paso con seguridad, sin correr el riesgo de avanzar con las dudas y los trompicones propios de la falta de previsión, se gestan sistemas ideológicos varios, cuya esencia de pensamiento estriba no ya en marcar las directrices de los hombres entre sí, sino que esto se ve suplantado por un conjunto de ideas que regulan la relación del hombre con sus semejantes …en función de su Capacidad Económica.


El resto se ve venir sólo. Concepción de Sistemas Ideológicos cuyas ideas son juzgadas a partir del resultado económico que promueven ¿Capitalismo? ¿Comunismo?. Elaboración de esquemas vitales y judiciales coherentes con los anteriores sistemas ideológicos ¿Justicia distributiva? ¿Justicia Retributiva?...


Asistimos en definitiva al mayor fenómeno de macrofagia social de la Historia. La Economía, un medio, un instrumento de la Sociedad concebido para reforzarla, acaba por desvinculares de ésta, y de sus participantes, convirtiéndose por sí misma en un fin, que a veces lleva a los individuos compositores de esa Sociedad a perder la cabeza.

Luis Jonás VEGAS.

Marzo de 2005



jueves, 9 de diciembre de 2010

DE CUANDO NO NOS RECONOCEMOS EN NUESTROS ACTOS ...


DE LA NECESIDAD DEL RETORNO AL PASADO, PARA REPLANTEAR EL PRESENTE, O PARA DECIDIR SOBRE EL FUTURO. (NUESTRA POSICIÓN RESPECTO DE ELLO.)


Decía un antiguo proverbio Árabe que a menudo, dar un paso atrás no es síntoma de retroceso, sino la acción del hombre prudente que comprende que tan sólo apoyando sus pies con fuerza en el terreno que ya conoce, será capaz de obtener la solvencia suficiente que le garantice el impulso necesario. Dicho en Román-Paladino, sólo retrocediendo se consigue el impulso necesario para avanzar.


Ante semejante tesitura, resulta sencillo comprobar como a menudo, aquello que conseguimos con nuestras acciones no sólo no se parece a lo que perseguíamos, sino que incluso puede llegar a contradecirlo. Así, puede que nos resulte hasta difícil reconocernos en nuestras acciones. Y si esto es evidente en las acciones, que por definición constituyen una realidad por ende constatable, imaginemos qué puede pasar cuando nos adentramos en el brumoso territorio de las ideas...de las teorías.


A menudo, resulta sorprendente comprobar cómo funcionan las cosas. Así, podemos sorprendernos a diario viendo cómo los silencios más profundos, poseen en realidad los discursos más expresivos; o cómo la palabra más sencilla encierra en definitiva las decisiones más trascendentes.


En todos estos casos, un denominador común encierra la única respuesta que se puede buscar en aquellas preguntas que quedan por hacerse. Sólo el análisis de los hechos, llevado a cabo desde la perspectiva que da el tiempo, es un método eficaz, aunque no infalible, para acercarnos a la veracidad de los hechos no constatados, sino sencillamente experimentados.


Cuando las situaciones descritas se presentan, constituyen en sí mismas no un hecho preocupante. Sin embargo, analizadas de manera coordinada con el resto de situaciones que seguramente componen nuestro día a día, se muestran como la más firme y contundente llamada a la hora de entender que, indudablemente algo peligroso está ocurriendo.

Cuando uno llora por añoranza, su llanto tiene un origen constatable en algo que, si bien se ha perdido, sin duda se disfrutó en algún momento. Cuando te lamentas por algo, lo haces no del hecho sino de las consecuencias que el mismo tiene o puede llegar a tener en lo que te rodea de forma más o menos próxima.


La verdadera desesperanza de hace patente cuando ni tan siquiera eres capaz de identificar la fuente de tus desdichas, o el origen de tus resquemores. Cuando sencillamente tienes una marca física en el hombro, señal del golpe; y una imborrable en el corazón, como claro síntoma de la aceptación de la derrota.


Por cosas como esta, o más concretamente aquellas situaciones que las han motivado, es por lo que he estado lejos, fuera del mundo en cierta manera. Como Ulises, cuando necesita marchar de Ítaca, para comprender la relación que en realidad le une a ella. Para comprender el inequívoco hecho de que los destinos, a veces, es cierto que discurren en apariencia siguiendo sendas diferentes, para acaba luego convergiendo en una única realidad, que no es más real porque podamos así determinarlo, sino porque, implícito en su condición de verdad, va el hecho de que nada puede ni debe alterar semejante hecho.


Luis Jonás VEGAS VELASCO.