martes, 28 de octubre de 2014

DEL SISTEMA DIGESTIVO A LOS TRAGONES, ÚNICA MANERA DE ENTENDER LA ACTUAL VIGENCIA DEL “PANZISMO.”

Al igual que ocurre con la digestión, que a menudo suele confundirse con el proceso desarrollado en el Sistema Digestivo, del que se obtienen desde recursos destinados a promover el desarrollo material del organismo, hasta por supuesto energía; viene a ser lo que en la actualidad está ocurriendo con la Política es decir, una suerte de confusión destinada a fraguar en nuestro inconsciente, una vez que nuestro intelecto se ha batido en retirada, por la que el engendro que pulula por nuestra realidad ha de responder a la verdad que antaño supuso una actividad otrora respetable.

Siguiendo con el paralelismo, bien podríamos venir a decir que la notable acumulación de residuos, procedentes sin duda de un dieta no pobre, cuando sí más bien desequilibrada, ha gestado un grado de colapso que viene a materializarse en la constatación de un organismo enfermo. De un organismo en el que la obesidad ha hecho presa.

Entendemos así que el Sistema Digestivo, integrante imprescindible del organismo, lleva a cabo de manera correcta su labor, cuando de ésta se desprende la clara y óptima obtención de nutrientes a saber, elementos naturales destinados a proporcionar bien substancias destinadas al desarrollo corporal, bien energía.
Sin embargo existe también una tercera vía. Así, hace relativamente poco ha entrado en escena la fibra. Es la fibra un ente propio. No responde a los componentes de definición de los nutrientes, al no aportar ninguno de los elementos básicos que sirven para definir correctamente a éstos, y sin embargo de muestra como imprescindible para garantizar el buen estado general del Aparato Digestivo. En definitiva, es lo que garantiza que el sujeto ciertamente va a ser capaz de tragarse lo que le echen.

Por ir centrando, y lejos en mi ánimo el dar lugar a confusión llevando a nuestros lectores a pensar que se han equivocado de lugar, diremos que este país se muestra, hoy por hoy, incapaz de digerir más mierda.
Nuestros gobernantes, en un ejercicio solo comparable al que lleva a cabo un nutricionista borracho, se muestran incapaces de diagnosticar la patología que día tras día arrastra a este organismo hacia lo inexorable de la muerte. Lejos de entender el grado de putrefacción que se esconde por los rincones al ser literalmente imposible evacuarla; se limitan a promover modificaciones superficiales en la dieta, asumiendo con ello su incapacidad manifiesta de cara a lograr un correcto diagnóstico de una enfermedad que ya parece sinceramente incurable.
Lejos de asumir tal cosa, lo que implícitamente se correspondería con asumir su responsabilidad, se limitan a introducir nuevas dietas cuyo denominador común pasa por el continuo aumento de la cantidad de fibra a consumir. Será tal vez porque la ingente cantidad de heces acumuladas hace imprescindible su eliminación.

Y así es como, en definitiva, un organismo que necesita cuando menos de un internista, ha de contentarse con los cuidados, (quién sabe si a lo sumo paliativos), de un cuerpo de médicos especializados en cirugía estética. ¡Ya que ha de morir, que al menos, muera guapo!

En una palabra, y por cerrar de manera implícita el vínculo entre lo metafórico y lo real; haciendo bueno el dicho según el cual a veces lo escatológico redunda en la salud del cuerpo. Señores, en lo que a éste concierne, se pueden ir todos a la …



Luis Jonás VEGAS VELASCO.

lunes, 13 de octubre de 2014

EL SISTEMA SE DESMORONA. LA PRUEBA, EL ATRONADOR SILENCIO QUE LO ENVUELVE TODO-

Poco a poco y a medida que el tiempo, garante justiciero, hace su trabajo, solo una cosa queda clara. De manera cada vez más evidente, el imparable volumen de intoxicación del que estamos siendo victimas, no sirve sino para poner de manifiesto lo tercermundista, chabacano y por qué no decirlo, barriobajero del estado de las cosas, tal y como éstas se muestran para cualquiera que goce todavía hoy  no ya de la fortuna de una visión objetiva, sino que más bien basta con que goce de la capacidad de ver.

Resulta así que sin ni tan siquiera mirar, basta como digo con poder ver; podemos toparnos con la certeza de la sinrazón que supone el tener que comprender (ni me imagino los esfuerzos que habrá que realizar para poder explicarlo,) cuestiones tales como las que acompañan al hecho de que a día de hoy no se haya procedido al cese, puesto que la dimisión resulta ya un trámite demasiado honroso, tanto de la Sra. Ministra de Sanidad, como por supuesto del Sr. Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Semejante petición, que hasta hace unos instantes podía constituir un ruego, se convierte desde este mismo momento en una necesidad toda vez que de la interpretación atenta que a menudo hacemos de los que denominamos pilares básicos sobre los que no lo olvidemos ser apoya nuestro modelo cuando no nuestro sistema, podemos extraer principios muy esenciales entre los que destaca por ejemplo aquél según el cual tanto ello como por supuesto sus funciones, desarrolladas siempre bajo la tutela del marco representativo en el que permanece envuelta toda su labor, hace que perfectamente podamos inferir de las mismas tanto las responsabilidades suficientes, como por supuesto en el caso que nos ocupa las responsabilidades directamente vinculadas; derivándose con ello sin necesidad de hacer uso de una excesiva extrapolación, la más que evidente conclusión en base a la cual la firme petición de dimisión no es una cuestión sujeta al arbitrio, sino que más bien hoy por hoy resulta una necesidad sujeta al ejercicio responsable en pos de mantener la salud democrática.

Semejante conclusión, a cuya participación, o en su defecto a su retracción, se llega de forma aparentemente evidente, parece no obstante no formar parte de las prioridades del Gobierno, pareciendo por ello lógico el que no alberguemos demasiadas esperanza a semejante respecto en los próximos días.
Sin embargo, no habiendo perdido un ápice de confianza ni en lo concerniente a la validez del argumento, ni por supuesto en lo adecuado de la línea de razonamiento empleada la cual nos empuja de manera irremediable a tales conclusiones; lejos de incurrir en contradicción, aumento el grado de las conclusiones afirmando como hecho necesario el que el propio Gobierno ya ha llegado por sí mismo no solo a estas conclusiones, como sí incluso a otras de mayor calado y gravedad al albor de las sin duda más intensa información que por sus canales y conductos oficiales fluye.

¿Resultaría pues extravagante, cuando no confabulador, hipotecar el futuro político de estas dos personas a una suerte de cortafuegos destinado a proteger la integridad de todo el Equipo Presidencial a la vista del grado de incompetencia que parece constatarse como el denominador común a la hora de valorar el alto grado de ineficacia desde el que se ha manejado toda la actual crisis?
¿Poner al frente del recién creado Gabinete de Crisis a la Sra. Vicepresidenta del Gobierno es, además de todo un jaque mate a Ana Pastor, asumir que estamos ante la última línea de defensa, por supuesto en lo que a decisiones políticas se refiere?

Si bien es cierto que tanto ésta como otras y similares preguntas sin duda habrán de esperar días, cuando no meses para ser no ya respondidas, sino simplemente formuladas; solo una cosa parece ser cierta. La irreparable realidad en la que vivimos, ofrece pruebas cada vez más incontestables destinadas a inferir lo absurdo e irreal del mundo en el que vivimos. Un mundo soñado más que vivido, en el que la práctica totalidad de sus componentes, incluyendo por ende los más profundos y valiosos, dejan ahora al descubierto su verdadera naturaleza. Una naturaleza hecha de cartón-piedra, alimentada desde la arenga cuando no desde la farfulla y la mentira, que lleva en su interior y como respuesta natural el silencio expreso que hace cuando debilitado por la humedad, se viene abajo arrastrando como a títeres en un corral de comedias carente de gracia a todos y cada uno de sus integrantes, sin hacer excepciones, sin conceder clemencia.


Luis Jonás VEGAS VELASCO.

lunes, 6 de octubre de 2014

¡FELICIDADES! SI QUERÍAIS VUESTROS TITULARES, DE NUEVO, LO HABÉIS CONSEGUIDO.

Enhorabuena. ¡Volvéis a ser los primeros en algo! De manera absolutamente objetiva, esto es, carente de cualquier interpretación, como Gobierno del Partido Popular pasaréis sin duda a la Historia como el Gobierno que trajo “La Peste”” a Europa.

Sí, la peste. Y si en aquella ocasión cabía la duda de su procedencia, de su origen, en el caso que hoy nos ocupa no cabrá lugar a la duda. Así, la acción directa de un Gobierno empeñado no tanto en poner a salvo a conciudadanos, como sí más bien en crear cortinas de humo encaminadas a salvaguardar su maltrecho honor, tendrá consecuencias. Consecuencias que como todo el mundo sabe solo serán perceptibles a partir del análisis histórico, esto es, una vez que la perspectiva nos permita ser consciente de la verdadera magnitud que éste, y posiblemente futuros casos, tengan o lleguen a alcanzar en realidad.

Pero sin dejar concretamente que el caso trascienda, o lo que es lo mismo que el paso del tiempo haga caer sobre él la capa de pátina con la que los ya demostrados irresponsables que nos gobiernan cubren todo lo que tocan, o sea, con la que cubren todo lo que no les interesa, hago en este caso mención instantánea de la duda que desde hace horas me llena de estupor, cuando no de franca indignación, la cual se traduce en una mera pregunta: ¿Cómo es posible que a estas horas la estructura fundamental del Ministerio de Sanidad siga intacta?

Enumerando sin pasión los acontecimientos, diremos que tal y como reitero siguiendo protocolos no sanitarios, sino de interés político, el Gobierno de España prefirió ponernos, tal y como ha quedado finalmente demostrado, a todos en peligro, con tal de por un lado, salvar a uno de los que sin duda forma parte de su campo semántico; obteniendo además como corolario la recompensa de distraernos durante unas horas de conductas y comportamientos que en cualquier otro lugar hubieran tenido consecuencias no de horas, sino casi eternas.
Pero aquí, verdad Sra. MATO, somos más chulos que nadie. Y tal y como decía VÁZQUEZ DE LA CUADRA, el español muere en el mundo, pero yace en España.

Y nos trajimos a nuestros curas. Y afirmamos que nadie corría peligro ¡faltaría más! Y vimos cómo se morían ¿Para mayor gloria de dios?...

Y al final, quién sabe si como castigo divino, o como muestra del espacial sentido del humor que algunos le achacan al altísimo, hoy, ni dios puede de verdad decirnos cómo, dónde, o porqué estamos donde estamos.

Hoy, de nuevo, Europa vuelve a poner el foco en España. El Ébola ha entrado en Europa, y no ha sido por medio de un inmigrante ilegal. Ha sido por medio de alguien sobre quien, al menos en apariencia, se estaban tomando todas las medidas. ¿De verdad alguien puede reprocharme el estar no ya nervioso, sino francamente indignado?


Luis Jonás VEGAS VELASCO.