En el 40º aniversario del estreno de la película Tiburón , la
cual como por todos es sabido, acabó por convertirse no ya en un éxito, habrá
que decir más bien que en un título de
culto, cierto es que como en ese mismo caso, no estaría de más poner de
manifiesto los trucos a los cuales
fue imprescindible recurrir en pos no tanto de promover el resultado, que por
inesperado se hacía imposible de promover de una u otra manera, lo que obligaba
de una u otra manera a adoptar una postura digamos más conservadora, esto es, más sosegada.
De entrada, cómo no, se apostó por lo que hoy tacharíamos de
proceso de maquillaje. Así de entrada
su título “Jaws” (mandíbulas), sonaba
demasiado agresivo, cuando no resultaba demasiado descriptivo a la par que
peligroso toda vez que podía herir la
sensibilidad de una sociedad, no lo olvidemos, la española, que por
entonces aún balbuceaba (sobre todo cuando nos referimos a la interpretación de
ciertos dialectos o lenguas).
Viene todo esto a colación de que precisamente son las
mandíbulas las responsables de regular la acción no ya solo de algunos de los
músculos más fuertes del cuerpo humano, sino que a la vez las encargadas de
impedir que éstos puedan, en el ejercicio de su labor cuando la misma pueda
llevarse a cabo de manera descontrolada, provocar graves detrimentos que pueden
ir desde los mesurables en términos físico, los cuales pueden medir sus
consecuencias en términos de tensión, como el conocido rechinar nervioso de dientes; o traducir sus resultados en campos
mucho más lascivos como pueden ser aquellos que traducidos a la susceptibilidad
pueden llevar a alguno a morir envenenado fruto simplemente de haber cometido
el terrible error de haberse mordido su
propia lengua.
Traducido todo lo anterior desde el campo de la emotividad
desde el que viene originado, a otros campos digamos más meridianos, y por ende más propensos a resultar comprensibles;
añadimos el indefectible aporte que en esta ocasión aporta el contexto para
comprender que en una atmósfera viciada como
la que hoy por hoy pergeña nuestra realidad, presente e instantánea qué duda
puede presentarse; lo único no ya acertado, basta con catalogarlo como de
sincero, pasa por considerar como de incontestable
cualquier análisis que tenga la valentía
de incluir en sus conclusiones, por supuesto sin maquillar, el efecto que
los consabidos pactos, y en especial las consecuencias que de cara a las
futuras citas electorales éstos tengan; no como una forma residual, cuando sí más bien yo me atrevería a decir que incuestionable a la par que imprescindible, de
cara a entender, o al menos intentarlo, el revuelto incomible que en algunos
sitios, no lo olvidemos a causa de algunos, se están sin duda a estas horas
preparando.
Porque es que llegados a estas alturas no tanto por la
celebración del partido cuando sí más bien por la ausencia del mismo, que hemos
de conformarnos con las crónicas que
del mismo se nos proporcionan. Crónicas intoxicadas por proceder en la mayoría
de los casos de fuentes obviamente interesadas
cuyo interés no ya tanto en que ganen lo demás, como sí más bien en que
bajo ningún concepto puedan ganar los demás; parece más que obvio, descarado.
Constatamos así una situación que si bien no es nueva en
España, sí contiene un ingrediente que la vuelve digamos original. La incorporación de lo que podríamos catalogar no ya solo
como de nuevos jugadores cuando sí
más bien de alumnos aventajados, introduce
en lo que insistimos, se trataba de un viejo
conocido en España esto es, la
consabida subasta de poder para con los Nacionalismos; en una madeja inaccesible a cuya esencia ni el
mismísimo Teseo podría acceder,
quedando con ello encerrado en éste que podríamos denominar, el nuevo Laberinto del Minotauro.
Pero si los viejos entes, propensos si se quiere al Mito, parecen tener sus días contados;
no resulta menos cierto afirmar que los Nuevos
Ídolos, estén en verdadera condición de ofrecernos mucho más.
Así de no ser por apelación a lo que libremente
denominaremos Tacticismo Político que
yo no puedo entender, y me consta que habrá de esforzarse mucho para hacérselo
comprender a sus votantes, que la Sra. Responsable de PODEMOS en Andalucía, va a tener que
esforzarse mucho para hacer digerible una
situación en base a la cual de la lectura primigenia no se decida que ha sido
su incompetencia humana, traducida a ineptitud política, la que ha llevado a
Susana DÍAZ a defender hace unos minutos y con toda la razón, que los que se dicen de Izquierda votan
juntos y junto al Partido Popular para impedir su nombramiento…mientras
otros (esto sí de mi cosecha) pese a parecer de Derechas van a propiciar un
Gobierno del PSOE en Andalucía.
¿Estaremos pues ante un caso propio de ésos en los que somos
incapaces de tragar todo lo que hemos
mordido?
¿Se trata más bien de un claro caso
del mal que persigue a los niños, y que nuestras madres resumían en el
consabido: “llena más la tripa que el
ojo”?
O por el contrario se trata de algo mucho más peligroso y
terrible. ¿Estamos constatando desgraciadamente demasiado pronto que dónde
algunos creían poder en realidad no podemos tanto?
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
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