lunes, 26 de mayo de 2014

ESTO NO HA SIDO UN ALDABONAZO. DEFINITIVAMENTE HA SIDO UNA PATADA EN LA PUERTA.

Si algo me ha gustado siempre de lo que acontece en derredor de las jornadas de comicios, es sin duda esa habilidad de la que hacen gala unos y otros, especie si se quiere de prestidigitación conceptual, en base a la cual, o si se prefiere por la que, no solo nadie ha perdido, sino que más bien malo ha de ser, que todos no hayan en una u otra manera, incluso ganado.
Así, según pasan los instantes, o si se prefieren las horas, lo cierto es que el perdido raciocinio ha de abrirse paso, en forma en este caso de frío números, en pos de permitir que el álgebra del voto supedite a las por otro lado tan valoradas opiniones, y dé por finalizado el rango de las especulaciones; procediendo con ello a poner fin al sainete, resumiendo en un frío histograma, en el mejor de los casos adornado con colores tipo trivial, el dibujo que habrá de convertirse en metáfora absoluta de nuestro futuro económico, social, y por ende, aunque a menudo y sorprendentemente en el último de los casos, político.

Sin embargo, en este caso, algo no ha salido como estaba previsto. Llegada la tan maravillosa hora del regocijo electoral, aquella en la que unos y otros se dan el que suponen merecido baño de masas, que actúa a menudo como repelente contra esa chusma, a la que durante aproximadamente 21 días han tenido que convertir en el centro de su actividad, teniendo en algunos casos que llegar a tocarlos, en lo que constituye el único momento a lo largo de 4, cuando no más años, en cuya concomitancia llegan a considerar, aunque más bien de pasada, que sin el apoyo de ese común, ellos sin duda habrían de dedicarse a otra cosa, en el más amplio sentido de la palabra.
Hoy, por el contrario, todo eran silencios, dudas y especulaciones

En un ambiente cetrino, rocambolesco y desasosegante, en el que solo el Lacrimosa de Mozart podría haber estado a la altura en lo concerniente a lo correspondiente a B.S.O. El silencio de unos, expresado en este caso en la desgraciada intervención de la Sra. De COSPEDAL; y las manidas palabras correspondientes en este caso al huérfano alegato de la Sra. VALENCIANO, obligada a tener que predicar en el desierto con la tan sola compañía de un Óscar LÓPEZ que ahora menos que nunca sabe qué demonios hace ahí; no vinieron sino a determinar cuando no a certificar la defunción no de una forma de hacer Política, sino más bien de entender la Política.

Porque si un resultado positivo podemos extraer de los por otro lado resultados electorales, éste habrá de pasar inexorablemente por la contundencia con la que el electorado gritó a sus representantes que, definitivamente, sobre ellos puede efectivamente recaer la labor de hacer Política, pero lo que ayer quedó definitivamente claro pasa por la comprensión liberadora de que ellos no son la Política.

Ayer, muchas formas anquilosadas de hacer y de entender fueron definitivamente barridas, y como prueba de la limpieza, la caída de algún que otro babysaurio parece efectivamente venir a corresponderse con la certeza de que, tratar de celebrar las sesiones del Congreso en el Museo de Ciencias Naturales, no supone, definitivamente, una opción.
El proceso de ventilación forzada al que la Fiesta Democrática sometió en el día de ayer a muchos panteones desde los que, pese a quien pese, se sigue dirigiendo la acción política de muchos de nuestros pueblos, ha levantado una polvareda que, más allá de poner a muchos en serias dificultades a la hora de seguir un camino recto, someterá a otros al serio peligro de intoxicación que lleva aparejado el inhalar polvo de huesos.

Y así, entre los que siguen sin entender el mensaje, y los que creen saber siempre algo que los demás desconocemos; lo único claro que a estas alturas corresponde al terreno de la no especulación, pasa por saber que, ahora más que nunca, la velocidad de los acontecimientos nos arrolla, enfrentando al presente que nos es propio, con la Historia.



Luis Jonás VEGAS VELASCO.

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